A S T R O B I O G R A F I A S
Augusta Ada Byron
(10 de diciembre de
1815, Londres - 27 de noviembre de 1852,
Londres)
Por Emperatriz Guerrero.
Asociación Larense de Astronomía, ALDA.
Conocida también
como Ada Byron o
Condesa de Lovelace, desarrolló el primer
algoritmo para un programa informático, siendo considerada la primera
programadora de computadoras.
Fue la única hija
legítima del poeta Lord George Byron y
de Lady Anna Isabella Milbanke, dama
proveniente de una acaudalada familia inglesa, reconocida activista social y muy
interesada en matemáticas y ciencias. Su madre abandonó a su padre a poco más de
un mes de nacida por la inestabilidad emocional y las infidelidades de Byron.
Dejó Londres y se instaló en Kirby Mallory, Leicestershire, donde frecuentemente
dejaba a Ada al cuidado de su abuela Lady Judith
Milbanke, y en 1827 en Bifrons, propiedad de la familia en el condado
de Kent.
A pesar que madre e
hija no tuvieron una relación cercana, Anna
Isabella le procuró una educación esmerada y exigente, así como ella
la había tenido. Contrario a las costumbres de la época, insistió en formarla el
matemáticas y ciencias, esperando con eso contrarrestar en
Ada el espíritu turbulento de su padre.
En este sentido, entre los varios tutores que tuvo destaca la escocesa
Mary Somerville, matemática y divulgadora
científica, quien la alentó a estudiar matemáticas y con quien formó vínculos no
sólo académicos sino afectivos.
Por otra parte, al
negarle todo contacto con Byron para
evitar la influencia que pudiera tener en ella y prácticamente no permitirle
tener amigos de su edad, su niñez fue bastante solitaria, a excepción de algunos
viajes o visitas que hacía con su madre. Sin embargo, esto no coartó el espíritu
creativo de Ada, y cuando ya
adolescente fue presentada en el ambiente de la alta sociedad londinense, la
naturaleza de las causas sociales por las que se interesaba
Anna Isabella, como el anti-esclavismo y
la igualdad de derechos de las mujeres, así como las frecuentes fiestas a las
que asistió, la llevaron a tener contacto con personajes relevantes no sólo en
ciencias y matemáticas, sino también en literatura y música, llegando a conocer,
entre otros, a Michael Faraday y
Charles Dickens. Esta interacción entre
las ciencias y las artes, en armonía con su tendencia a la ensoñación y su
cuidada educación, terminaron de conformar su personalidad, siendo tal vez lo
que la llevaría a decir que quería ser analista y metafísica y a menudo se
refería a ella misma como una “científica poeta” (Women in Computer
Science, s/f).
Esta característica
suya, en la cual lo abstracto y objetivo de los conceptos científicos se
entrelazaba con la imaginación, se había manifestado en ella desde pequeña. Así,
dicha creatividad le permitió diseñar en 1828, una máquina voladora, pensada
inicialmente para su propio cuerpo y medidas, y que una vez probada derivaría en
una a manera de un pegaso que llevaría incorporada una máquina de vapor para
mover las alas. Su diseño y materiales necesarios los plasmó en un libro,
Flyology.
De carácter
enfermizo, a los siete años contrajo una enfermedad que la aquejó de fuertes
cefaleas y afectó su visión a tal punto que los médicos aconsejaron suspender su
educación. Luego, en 1829, sufrió una enfermedad que la dejó paralítica, de
donde se especula que fue poliomielitis, que la mantuvo en cama hasta 1832,
seguida de una lenta recuperación ayudada de una silla de ruedas. Como resultado
de esto, se volvió más analítica y menos ensoñadora, y no volvió interesarse en
su máquina voladora. Antes bien, se afanó en sus estudios y llegó a dominar el
alemán.
El 05 de junio de
1833, con 17 años, asiste a una cena en casa de unos amigos, donde conoce a
Charles Babbage y sus ideas para el
diseño y construcción de una máquina diferencial(1),
basada en las de Pascal y
Leibniz. Interesada en su trabajo,
Ada mantuvo con
Babbage una comunicación por
correspondencia desde junio de 1835 hasta agosto de 1852, durante la cual
intercambiaron tanto opiniones y proyectos de orden científico, como de índole
más personal.
En 1835 se casó, al parecer muy ilusionada, con
William King, Conde de Lovelace, con quien tuvo tres hijos, quedando
apartada de sus intereses de estudio. Sin embargo, pronto consiguió un tutor
para ellos, volviendo a ocuparse de sus investigaciones. Así pudo dedicarse de
lleno a colaborar con Babbage, lo que le ayudó a cumplir sus aspiraciones de
dedicarse a una vida de conocimientos, más allá de la maternidad y de un esposo
del cual pronto se había decepcionado al ver que no compartía sus mismas
inquietudes.
En el verano de
1840, Ada consiguió un profesor que la
ayudó a profundizar en las matemáticas, Augustus
de Morgan, con quien progresó rápidamente. Sin embargo, su entusiasmo
y facilidad de aprendizaje pronto entraron en conflicto con las ideas misóginas
de su tutor, quien, como la mayor parte de las gentes de la época, consideraba
que los estudios matemáticos requerían esfuerzos intelectuales para los que las
mujeres eran físicamente incapaces. Aprovechando una oportunidad en que
Ada enfermó, escribió a su madre
previniéndole de esto en razón de la salud de su pupila, pero afortunadamente ni
ella ni Lord Lovelace le prestaron
atención y Ada prosiguió sus estudios.
Ese mismo año,
Babbage regresó a Inglaterra luego de un
viaje por Turín, donde había realizado un seminario sobre su último invento: la
“máquina analítica”, que había estado desarrollando por varios años.
Este aparato incorporaba el uso de tarjetas
perforadas inspiradas en el telar de
Joseph Jacquard, tejedor francés quien
creó el primer telar programable utilizando estas tarjetas. Había adquirido un
retrato de Jaquard
tejido a partir de las tarjetas perforadas, que mostraba en las frecuentes
fiestas que daba en su residencia, y a las que
Ada estaba
invitada. La visita del retrato y su origen, estimularon la imaginación de
Ada
y posiblemente la llevaron a vislumbrar las posibilidades de la máquina
analítica.
En 1841, se ofrece a trabajar con él y ayudarlo en lo que intelectualmente
estuviera a su alcance.
Babbage
había confiado la redacción de un artículo sobre su máquina analítica al
italiano
Luigi Menabrea,
que fue publicado en 1842 por la revista suiza
Bibliothéque Universelle de Géneve,
el cual
Ada
se ofrece a traducir. Cuando
Babbage
recibió la información de que la traducción al inglés estaba lista, le propuso
que añadiera algunas notas propias al contenido del artículo. Con la anuencia
del autor,
Ada
se sintió libre para expresar todas las ideas que tenía sobre los alcances de la
máquina analítica.
La compilación de
observaciones de Ada fue reseñada como
Notas, organizadas de la A a la G al final de la traducción.
Es en la Nota G donde se aprecia su visión de las posibilidades de las
tarjetas perforadas aplicadas a una máquina de calcular, las cuales ni el propio
Babbage había considerado. En dicha
nota ella propone un “plan” para que ésta pudiera calcular
números de Bernoulli, usando un salto
condicional para las instrucciones repetidas en cálculos grandes que contenían
muchas repeticiones en la misma secuencia de instrucciones, lo que permitiría
utilizar un solo juego de tarjetas. Este “plan”, conocido con el
algoritmo de Ada, es considerado por
muchos el primer programa de ordenador(2), convirtiéndola en la
primera programadora de computadoras de la historia.
Las
Notas de Ada, con más de veinte mil
palabras, representan más del doble de la traducción del artículo de
Menabrea. Entre ellas menciona la “ciencia
de las operaciones”, la cual vendría a ser una rama derivada de las
matemáticas, pero distinta a ella, cuyo campo de acción sería el procesamiento,
operación o transformación de las relaciones entre dos o más objetos, asomando
lo que hoy llamamos informática.
De esta manera, su
noción de una máquina que podría manipular símbolos de acuerdo con reglas y que
los números podrían representar entidades distintas de las cantidades, marcan la
transición fundamental del cálculo a la computación, de los datos al
procesamiento, de la matemática a la informática.
En consonancia con
esto, Lady Lovelace plasmó en ese
documento sus
ideas de que una máquina de este tipo podría componer música, producir gráficos
y emplearse para usos tanto prácticos como científicos. Así,
Ada Byron anticipó en más de un siglo
muchas de las área en que hoy en día utilizamos las computadoras, de donde
algunos la consideran la “profetisa de la era de la computación” (Women
in Computer Science, s/f).
El pensamiento visionario de
Ada Byron
trascendió el hecho concreto del diseño de un programa de computadoras, al
preguntarse cómo los individuos y la sociedad se relacionan con la tecnología,
en un asomo de las interacciones laborales, afectivas, investigativas y sociales
que hoy sostenemos mediadas con un computador y que son parte de nuestra vida
diaria.
Igualmente, fue la
primera en poner en tela de juicio lo que hoy llamamos inteligencia
artificial, al señalar que la máquina analítica no podía originar nada, y
que estaba limitada a efectuar las órdenes que recibiera. En este sentido, no
podía entender la naturaleza o verdad de los datos más allá de su procesamiento
matemático.
Si bien es cierto
que el trabajo de Babbage y
Ada está fuertemente vinculado y que ella
siempre buscó la aprobación de éste en su redacción, el mismo
Babbage, a menudo reticente a ciertas
observaciones, reconoció en numerosas cartas la labor fundamental de
Ada en el contenido y las ideas
expresadas en dichas Notas, y su admiración ante el grado de comprensión
de las capacidades de la máquina analítica, superior al suyo, que ella siempre
manifestó. Incluso la apodaba su “hechicera de números” (enchantress
of numbers). En este sentido, la misma Ada
no había pensado en firmar la traducción o las Notas, hasta
que su esposo se lo sugirió, pero sólo con sus iniciales. Esto se hizo para
ocultar que el autor era una mujer y que por los prejuicios de la época fuesen
rechazadas.
Las
Notas de Ada
fueron publicadas en la revista Scientific Memoires en septiembre de
1843, con el título de "Sketch of the Analytical Engine Invented by Charles
Babbage. By L. F. Menabrea. With Notes by the Translator"(3).
Aunque ella firmó las notas con sus iniciales (A. A. L.), pronto se supo quién
era la autora, de donde, como se temía, el trabajo no obtuvo el reconocimiento
que merecía.
A la temprana edad de 29 años,
Ada
empezó a enfermar frecuentemente y a mostrar una gran debilidad general, y en el
verano de 1851 aparecieron los primeros síntomas de cáncer de útero. La
enfermedad, terriblemente dolorosa, la llevó a la muerte el 27
de noviembre de 1852, cuando contaba con 36 años, la misma edad de
George Byron
al morir.
Como ella lo había pedido, fue sepultada junto a su padre, según se dice como
retaliación al empeño de su madre en haberle negado el conocerlo o tener
contacto con él. Sus restos descansan en el panteón de los Byron, en la Iglesia
de Santa María Magdalena, Hucknall Torkard, Nottinghamshire.
Cuando en 1953, más de cien años después de su muerte, volvieron a publicarse
las
Notas de Ada
sobre la máquina analítica de
Babbage,
dicha máquina fue en efecto reconocida como un modelo temprano de computadora y
las notas de Lovelace para su funcionamiento como la descripción de un software.
Aunque algunos dudan de esta afirmación, Esser (2015) señala “…En todo caso es
un trabajo excepcional, y no me cabe duda de que, de haber manejado un ordenador
como los que tenemos hoy, Ada enseguida habría aprendido a programar.” (p. 134).
La labor de
Ada
fue reconocida en 1980, cuando
Jean Ichbiah
y
Tucker Taft
crearon un lenguaje de programación por encargo del Departamento de Defensa de
los Estados Unidos destinado a la industria aeroespacial, militar y nuclear, el
cual fue bautizado
ADA;
y al Estándar de Defensa de los Estados Unidos para el lenguaje MIL-STD-1815 se
le dio el número del año de su nacimiento. Por otra parte, diversas
instituciones como la British Computer Society, la Asociación de Mujeres
en Informática, la Universidad Autónoma de México, la Universidad de Zaragoza,
entre otras, han establecido premios, días, espacios y celebraciones en homenaje
a
Ada Byron,
y se han creado instituciones como la
Ada Developers Academy
en Seattle que promueve la capacitación en software.
La vida de la
Condesa Lovelace
fue muy dura. Estuvo profundamente marcada por la enfermedad, por el hecho de
ser hija de
Byron,
y por las férreas imposiciones y el carácter dominante de su madre, traducidas
en su aislamiento, en sus intentos por reprimir su imaginación, en la
frustración de su único romance juvenil conocido (con fuga incluida), y en los
castigos que le imponía cuando se portaba mal. Así, en una ocasión la castigó
severamente por preguntar si father y grandfather significaban lo
mismo; y en otra la encerró en un armario hasta que prometió enmendarse y
estudiar más. Estos hechos la llevaron a confesar a su amigo el matemático
Woronzow Greig,
hijo de
Mary Somerville,
el pavor que le tuvo a su madre hasta el día de su muerte. Sin embargo, mantuvo
con ella una correspondencia frecuente en la que le contaba sus ideas y
creaciones, y de alguna manera siempre llegaban a una reconciliación, en
especial por su interés común en las ciencias, en un vaivén de expresión de
libertad de pensamiento y acción y sus manifestaciones de contrición ante su
rebeldía. Si algo hay que reclamarle como ser humano, fue la afición al juego
que desarrolló tardíamente, y que la llevó a perder grandes sumas de dinero.
Pero hasta en este caso intentó aplicar fórmulas matemáticas a los juegos de
azar, sin obtener resultados positivos.
Aún así y pese a su delicada salud y su dolorosa enfermedad final,
Ada
no dejó de soñar nuevas posibilidades y plasmarlas para la posteridad.
Independientemente de la concepción que se tenga de ella como pionera de la
programación de computadoras, su visión futurista de vehículos voladores,
innovadora en cuanto a números como representaciones de objetos concretos,
profética ante las posibilidades de una máquina en embrión, e inquisitiva
respecto a las relaciones sociedad-tecnología, abrieron una ventana temprana a
las realidades que hoy vivimos.
(1): Babbage llamó así a su máquina
porque trabajaba por el método de las diferencias, el cual permite calcular
tablas matemáticas sumando las diferencias entre los términos de una serie,
simplificando el cálculo de series largas y complejas. Esta máquina tenía el
inconveniente de requerir ser reajustada manualmente para cada serie de
cálculos, porque perdía precisión.
(2): Puesto que la máquina analítica no puede ser considerada en sentido
estricto un computador, hay quienes apuntan que dicho algoritmo no puede ser
considerado un programa, al menos en el sentido actual. Para otros, es un
programa exclusivo para la máquina analítica.
(3): Las referencias contienen dos entradas para el artículo citado. La primera
de ellas, de 1843, es la reproducción del artículo original. La segunda, sin
fecha, es una reproducción actualizada, de lectura más fácil, en especial para
la Nota G, aunque contiene modificaciones al artículo original.
REFERENCIAS
EcuRed (s/f). Ada Lovelace.
[Documento en línea]. Disponible:
https://www.ecured.cu/Ada_Lovelace [Consulta: 2020, marzo 22].
Esser, J. (2015) El algoritmo de Ada. La vida de Ada Lovelace, hija de
Lord Byron y pionera de la era informática. Barcelona : Alba. [Libro en
línea]. Disponible: http://www.librosmaravillosos.com/elalgoritmoada/pdf/El%20algoritmo%20de%20Ada%20-%20James%20Essinger.pdf
[Consulta: 2020, marzo 22].
Menabrea, L. (1843). Sketch of the Analytical Engine Invented by Charles
Babbage. By L. F. Menabrea. With Notes by the Translator.
(Extracted from the Scientific Memoires, Vol.
III)
Londres : Richard & John E. Taylor. [Documento en línea]. Disponible:
https://books.google.co.ve/books?id=hPRmnQEACAAJ&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
[Consulta: 2020, marzo 24].
Menabrea, L. (s/f). Sketch of the Analytical Engine Invented by Charles
Babbage. By L. F. Menabrea. With Notes by the Translator. Fourmilab.
Index
Librorum Liberarum. [Documento en línea]. Disponible:
http://www.fourmilab.ch/babbage/sketch.html [Consulta: 2020, marzo 24].
Mujeres Documentalistas (s/f). Ada Byron. Universidad de Granada.
Facultad de Bibliotecología y Documentación. [Documento en línea].
Disponible:
https://www.ugr.es/~anamaria/mujeres-doc/biogabyron.htm [Consulta: 2020,
marzo 21].
Wikipedia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Ada_Lovelace [Consulta: 2020, marzo 21].
Wikipedia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Babbage [Consulta:
2020, marzo 22].
Women in Computer Science (s/f). Ada Byron. Countess of Lovelace.
American University in Bulgaria. [Documento en línea]. Disponible: http://cssu-bg.org/WomenInCS/ada_lovelace.php
[Consulta: 2020, marzo 21].
Fuente de imagen:
Retrato de Augusta Ada Lovelace por Margaret Sarah Carpenter (1793-1872).
United Kingdom’s Government Art Collection.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ada_Lovelace.jpg
[Descarga: 2020, marzo 21].
Nota de la autora: La Condesa de Lovelace
es llamada Ada en casi todas las publicaciones conocidas, en las cartas
que recibió, e incluso ella misma se autonombraba así. Muy pocas veces se la
menciona como Augusta. Algunos autores señalan que su padre popularizó el nombre
Ada al empezar a llamarla de esa manera; más aún, lo hace en el canto
tercero de su poema Las Peregrinaciones de Childe Harold, escrito al huir
de Inglaterra el 25 de abril de 1816. Sin embargo, dado que fue Byron quien
escogió el nombre Augusta por su media hermana Augusta Leigh y apenas vivió algo
más de un mes con su hija, la explicación es poco convincente. Otros autores
atribuyen este hecho a su madre, quien privilegió el nombre Ada al poco
tiempo de haberla tenido (Esser, 2015), lo que se explica en su empeño por
romper todo contacto con el padre de su hija, relegando así el primer nombre de
la niña no sólo en el ambiente familiar sino también social (EcuRed, s/f). Por
otra parte, Anna Isabella estaba enterada de la relación incestuosa entre Byron
y Augusta. Si a esto se suman las otras infidelidades de Byron, la violencia
doméstica que vivió en su corto matrimonio y la presión de la familia Milbanke
para divorciarse del poeta, cabe suponer que en conjunto la pudieron llevar a
obviar socialmente y hasta prohibir a su hija utilizar un nombre relacionado con
quien le era de ingrata recordación.

